Planificar es anticiparse al pago de los tributos que están por llegar y tomar decisiones estratégicas que ayuden a reducir la carga fiscal. Todo ello lo realizamos desde un punto de vista totalmente legal. No se debe confundir la planeación fiscal financiera, que es totalmente legal, con acciones ilegales como la evasión fiscal o el fraude de ley.
El objetivo principal es conseguir una tributación que sea lo más beneficiosa posible para el contribuyente, ya sea este un particular o una empresa.
Esto se puede conseguir difiriendo el pago de los tributos, optimizando el ahorro fiscal y gestionando de una forma profesional el riesgo fiscal.
En el caso de los particulares hay que prestar especial atención al IRPF, al impuesto sobre el Patrimonio y al impuesto de Sucesiones y Donaciones. Tratándose de autónomos y empresas es fundamental el IVA, y el impuesto de Sociedades en el caso de sociedades.